Hola Jose Antonio, me parece una buena fotografía que transmite muy bien su título.
Con los elementos precisos para sugerir una historia sin que falte ni sobre nada y con un estupendo contraste entre la calidez del interior del establecimiento y la enmarcada desolación afuera.
Me ha gustado, especialmente en su simple pero contundente construcción, y técnicamente no le haría ningún reproche.
Juventud, divino tesoro… Y tan llena de sombras. Contrasta la luz y el colorido de la fotografía -el amarillo del escaparate y la columna violeta- con el paisaje interior de la muchacha que oscurece la foto y la hace elevarse por el contenido humano que revela. La mirad baja, sus manos cruzadas, sus pies paralelos en una posición de postración es el lenguaje no verbal que delata a la joven, tan llena de vida como de oscuridad. Es una foto humanista y humana. Y técnicamente, ya te han dicho anteriormente lo acertada que es. Buena captura. Me dan ganas de tomar a la muchacha de la mano y darle conversación. Pero ¿quién me espera a mí? Además ha pasado mucho tiempo desde este microinstante de desolación y tal vez la muchacha esté en otra zona vital. Contemplamos la juventud con nostalgia pero qué dolorosa puede llegar a ser.
Resulta raro e inquietante ver a esta chica ahí, sumida en si, sin una pantalla delante que le sirva para engañar al tiempo y su circunstancia, en un lugar público, en plena calle. Es difícil saber lo está sintiendo, tal vez cansancio solo, o ese sentimiento cada vez más raro, el del aburrimiento puro.
Hola Jose Antonio, me parece una buena fotografía que transmite muy bien su título.
Con los elementos precisos para sugerir una historia sin que falte ni sobre nada y con un estupendo contraste entre la calidez del interior del establecimiento y la enmarcada desolación afuera.
Me ha gustado, especialmente en su simple pero contundente construcción, y técnicamente no le haría ningún reproche.
Un abrazo.
Poco mas podría añadir a lo que comenta Manel, y a tu referencia en el título. Me gusta.
Juventud, divino tesoro… Y tan llena de sombras. Contrasta la luz y el colorido de la fotografía -el amarillo del escaparate y la columna violeta- con el paisaje interior de la muchacha que oscurece la foto y la hace elevarse por el contenido humano que revela. La mirad baja, sus manos cruzadas, sus pies paralelos en una posición de postración es el lenguaje no verbal que delata a la joven, tan llena de vida como de oscuridad. Es una foto humanista y humana. Y técnicamente, ya te han dicho anteriormente lo acertada que es. Buena captura. Me dan ganas de tomar a la muchacha de la mano y darle conversación. Pero ¿quién me espera a mí? Además ha pasado mucho tiempo desde este microinstante de desolación y tal vez la muchacha esté en otra zona vital. Contemplamos la juventud con nostalgia pero qué dolorosa puede llegar a ser.
Tristeza.
Muchísimas gracias a todos.
Triste y abandona parece. Me gusta el momento que has captado, pero creo que un blanco y negro le vendría bien para aumentar el sentimiento.
Feliz semana, José Antonio.
Resulta raro e inquietante ver a esta chica ahí, sumida en si, sin una pantalla delante que le sirva para engañar al tiempo y su circunstancia, en un lugar público, en plena calle. Es difícil saber lo está sintiendo, tal vez cansancio solo, o ese sentimiento cada vez más raro, el del aburrimiento puro.